domingo, 6 de septiembre de 2015

Gyeongbokgung de noche, un lugar muy especial

Los palacios coreanos son bonitos siempre, pero de noche tienen una magia especial que no tienen de día. Parte de esta magia radica en el hecho de que se abren de noche muy pocas noches al año, y conseguir entradas es complicado. Las entradas se venden por internet y vuelan en cuestión de minutos. Y las entradas disponibles en taquilla son limitadas. Sin embargo el precio de la entrada es bien barato, 3000, que al cambio en euros son unos 2,25€, vamos, algo simbólico.

Entrada nocturna al palacio Gyeongbokgung

Una pequeña introducción histórica

Puerta Gwanghwamun con su estructura de madera destruida
Gyeongbokgung es el palacio más grande de Corea y fue también una víctima más de la triste historia de Corea, que sufrió varias invasiones japonesas y una gran guerra moderna. Fue construido por orden del Rey Taejo, el primer rey de la Dinastía Joseon, en el año 1395, con motivo del traslado de la capital de Corea desde Kaeseong (actual Corea del Norte) a Seúl, entonces llamado Hanseong. Sirvió como residencia principal de los reyes coreanos de la Dinastía Joseon desde su construcción hasta la batalla de Imjin, en el marco de las invasiones japonesas a Corea del siglo XVI (1592-1598), momento en el que fue destruido por un fuego y abandonado durante tres siglos. Durante este periodo y tras la victoria de Corea sobre Japón con ayuda de Ming (China), la residencia real se trasladó al palacio Changdeokgung.
Tres siglos más tarde, durante la regencia de Daewongun, el palacio fue reconstruido y restaurado y sirvió de residencia real de nuevo desde entonces hasta la caída de la monarquía coreana a manos del Imperio de Japón en 1910.

Durante la colonización japonesa en Corea, los japoneses destruyeron varios edificios del palacio ya que no tenían ningún tipo de aprecio ni valoración por el patrimonio histórico de Corea. Además de esto, como resultado de la Guerra de Corea (1950-1953), las estructuras de madera fueron de nuevo destruidas. Tras la guerra, paulatinamente se fue recuperando este importante patrimonio mediante un plan integral de restauración.

De noche, otra forma muy distinta de disfrutar de la magia


Puerta Gwanghwamun protegida con un haechi de piedra
Al anochecer, cuando las luces del palacio se encienden, aparecen colores y sombras que no se pueden ver con la luz solar. La iluminación, estudiada y más indirecta que la luz solar, permite resaltar hasta el último detalle de las trabajadas pinturas sobre la madera, y los reflejos en el agua del pabellón Gyeonghoeru parece que duplican al edificio de forma increíble.

La "magia" se palpa desde la mismísima entrada, y va incrementándose a medida que se visita. Es inevitable para cualquier visitante no abrir la boca de asombro en algún momento, puesto que las imágenes que deja el palacio son de tal belleza que parece complicado hacerse a la idea de que estás frente a frente con ello. Me atrevería a decir que es de lo más bonito que he visto en mi vida.


Detalles de pintura en la parte de madera del edificio Geunjeongjeon



Un haechi protector en el interior del palacio
Los haechis protectores parece que cobran vida con la iluminación indirecta desde abajo. Estos animales legendarios son una especie de león con escamas y se encuentran en todos aquellos lugares importantes. Su "misión" es la de proteger el lugar que guardan frente a los desastres naturales, y hacer guardar la ley y el orden entre la población.
Hoy en día el haechi ha sido elevado a símbolo de Seúl, y es posible verlos dibujados en bastantes lugares, los más evidentes son los taxis, que con un llamativo color naranja que aporta color al negro-blanco-gris tráfico rodado han pasado a denominarse taxis haechi con la intención de convertirlos en un símbolo, igual que lo son los taxis amarillos de Nueva York.


Geunjeongjeon (근정전), el edificio del salón del trono
Avanzando un poco más hacia el fondo se puede ver el edificio principal del palacio, denominado Geunjeongjeon (근정전), que es el salón del trono, donde se llevaban a cabo las funciones de Estado más importantes. Para llegar a él hay que atravesar por lo menos tres puertas: Gwanghwamun (puerta principal), Heungnyemun y Geunjeongmun. Esto se debe a que los espacios en el palacio están jerarquizados, y no todo el mundo tenía acceso a cada uno de ellos. Cada espacio tiene su propio patio y alrededor está la construcción. 

En el interior de Geunjeongjeon se encuentra el trono del rey. En este lugar se realizaban las audiencias y era el punto de mayor autoridad del palacio y el centro de poder de Corea.

Trono real del palacio
El pabellón Gyeonghoeru es uno de los lugares favoritos de los visitantes cuando visitan el palacio Gyeongbokgung. Es el único lugar del palacio junto con Hyangweonjeong donde el agua cobra especial protagonismo. El pabellón se encuentra enclavado en un pequeño lago artificial cuadrado y se accede a él mediante tres puentecitos en la fachada Este.

Pabellón Gyeonghoeru con los reflejos del agua
Una pequeña islita con árboles denominada Gyeonghoeji, también iluminada, le da a Gyeonghoeru un toque aun más mágico, con unos reflejos impresionantes en el agua que solo se pueden apreciar bien durante la noche.

Sin lugar a dudas, una visita muy especial y llena de sorpresas. Un verdadero regalo para la vista. Recordad que se pueden ver en grande las fotos pinchando sobre ellas.
Os dejo otras dos fotos aquí debajo de dos puertas diferentes en el interior del palacio.

Puerta Heungnyemun (흥례문)
Detalles de la puerta Geunjeongmun
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